Louis Rosier fue el piloto para toda la carrera a excepción de dos vueltas que completó su hijo Jean-Louis, pasando a la historia como los únicos vencedores de Le Mans siendo padre e hijo. Durante la carrera, Rosier personalmente se cambió un balancín en los boxes, además de sufrir heridas en un ojo por el choque de una lechuza a través del parabrisas. Por su victoria, Louis Rosier fue nombrado el campeón de Francia.
Muy buena historia le de Rossier; es un auto que tengo pendiente en mi colección.
ResponderEliminarLa miniatura es muy buena, si no tuviera los guardabarros parecería más un F1 que un auto de Le Mans.
Abrazos!